Twittear Tweet to @lambertglam94 Seguir a @lambertglam94 Tweet #Historias%20de%20Twitter Twittear Tweet to @adamglam94 Seguir a @adamglam94 Tweet #Historias%20de%20Twitter UN DÍA CUALQUIERA: 2011

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UN DÍA CUALQUIERA

Hola, aquí os voy a colgar mi fanfic de Adam Lambert, espero que os guste, he cambiado algunas cosas, ya que le quise dar un giro a la historia. Lo mejor sería que empezarais a leer por el principio. Actualizaré lo antes posible, os agradecería que opinaseis sobre este blog, escribiendo algún comentario. Espero que os guste, gracias.

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martes, 16 de agosto de 2011

UN DÍA CUALQUIERA CAP. 5

Pasé dos semanas maravillosas en el campamento, aprendí mucho sobre como escribir y las cosas que tiene que hacer un escritor. Ahora ya estaba llegando a casa en el autobús del campamento. Adam y yo teníamos una conversación pendiente respecto al beso. Ya podía ver mi casa desde la ventana, tenía ganas de llegar y contarle a Joshua todo lo que había aprendido.

El autobús paró delante de mi casa, yo me despedí uno a uno de mis compañeros y bajé lentamente las escaleras. Saqué la llave de mi mochila y la introduje en la cerradura, pero antes de que pudiera girarla ya estaba mi padre abriéndola con una sonrisa en la cara.

-Hola, papá

-Hola, cariño- dijo dándome un abrazo- ¿Qué tal el viaje de vuelta?

-Bien, se hizo un poco largo, pero bueno.

-Tendrás hambre ¿no?, ven a cenar a la cocina.

-Vale- Dejé la mochila en el suelo y fui a la cocina. Allí estaban Carla y Adam.

-Hola, Tommy ¿qué tal en el campamento?-dijo Carla dándome dos besos.

-Hola- dijo Adam, como si no me hubiera visto en su vida.

 -Hola, bien, aprendí mucho.-dije aún pensando por qué Adam había sido tan seco conmigo.

Durante la cena no paré de hablar del campamento, pero Adam no me dirigió la palabra. Cuando acabamos, subí arriba a mi habitación para llamar a Joshua. Cogí el teléfono y marqué su número, que me lo sabía de memoria, contestó a la quinta señal.

-Hola, Joshua, ya he vuelto del campamento, me lo he pasado genial.

-Hola, Tommy, pues aquí ha pasado una cosa que te tengo que contar.

-¿El qué?

-Pues… que Adam y yo… estamos saliendo.

-¿¡Qué!?

-Si, tío, llevamos una semana y me parece que va para largo. Él es muy sensible, no sé porque te cae mal. Ya nos hemos liado el otro día en el parque. ¿Sabías que tenía un piercing en la lengua?

-No, no lo sabía-mentí- bueno me alegro de que estéis saliendo, mejor tú, que cualquier otro- volví a mentir.

Ya sé que no hay que mentir a los amigos, pero no le podía decir que Adam y yo nos habíamos besado y menos aún que antes me gustaba. Si si, antes, ahora no. ¿Cómo se podía liar con mi mejor amigo, después de darme un morreo? No lo entiendo, yo pensé que nuestro beso había significado algo, pero ya veo que no. Agg, ya me vuelve a caer mal otra vez.

-Oye, ¿puedes quedar mañana para ir al cine?, así me cuentas todo.- dijo Joshua tan tranquilo

-Si, claro, ¿A qué hora?, ¿Te parece bien quedar a las cinco, en el parque?- Me apetecía quedar con mi amigo y así me distraería un poco contándole todos los detalles del campamento

-De acuerdo, hasta mañana.

-Adiós.

Colgué el teléfono y me eché en la cama, debía de estar muy cansado porque me dormí y hasta las tres de la mañana no me desperté. Intenté volverme a dormir pero me fue imposible, por eso bajé abajo para beber un poco de leche. Me encanta la leche fría. Fui a coger un vaso del armario, pero no había ninguno limpio-¿qué es que en esta casa no se friega?- pensé en voz alta. Saqué un vaso del fregadero y lo lavé, cogí la leche de la nevera y me la eché en el vaso. La estaba bebiendo cuando apareció Adam. Perfecto, lo que me faltaba.

-¿Se puede saber que haces aquí?- dije de mala hostia.

-Pues supongo que lo mismo que tú, no podía dormir y bajé a dar una vuelta a ver si me entraba el sueño.

-¿Así que estas saliendo con Joshua?

-Si, llevamos una semana

-¿No pensabas decirme que te habías liado con mi mejor amigo?

-Es él quien te lo debía decir, yo contigo no tengo ninguna relación y él es tu amigo.

-¿Como que no?, se supone que vamos a ser hermanastros y además el beso…

-¿Qué pasa con el beso? solo fue un beso nada más y por mí parte ya está olvidado.

-Bueno, pues entonces ya está, todo aclarado, me voy a la cama.-dije enfadado

-Adiós

lunes, 27 de junio de 2011

UN DÍA CUALQUIERA CAP. 4

Estaba en mi habitación todavía con las pestañas húmedas de haber llorado, cuando picaron a la puerta.La abrí  y vi a Adam con mi chapa de la suerte en la mano.

-Hola, esto es tuyo ¿verdad?-dijo mostrándome la chapita.

-Ho..la. Si…Eh…Gracias-dije medio tartamudeando.

-Respecto a lo de antes, no te preocupes, pero la próxima vez pica antes de entrar.

-Eh, si, si, pero no pienses que me quede mirándote, fue solo el shock del momento.

-No lo había pensado, no pasa nada.-dijo medio riéndose.

Nos quedamos mirándonos unos segundos, hasta que él se marchó a su habitación, despidiéndose con la mano.

Eran las ocho de la tarde, yo no sabía que hacer y necesitaba pensar, así que me dirigí al embarcadero. Cogí la bicicleta y después de diez minutos llegué allí. Me eché en el suelo mirando al cielo para contemplar las nubes. Al rato, sentí un ruido detrás de mí, pero no me levanté ya que seguramente era un gato o una rata. Alguien posó su mano en mi hombro y del susto me puse de pie, con tan mala suerte que resbalé y caí al agua.

Empecé a gritar para que alguien me ayudara a salir, porque apenas sabía nadar. De pequeña me habían llevado a un cursillo de natación, pero los deportes de agua no son lo mío. Además el agua cerca del embarcadero estaba sucia y fría, porque estaba estancada.

Cuando estaba a punto de dejar de luchar, porque ya no tenía más fuerzas, alguien me sacó del agua. Después de toser un par de veces, volví en mí y por fin pude abrir los ojos. Lo primero que vi fue el cielo ya casi oscurecido, después unos ojos azules perfectamente alineados, luego una sonrisa blanca como la nieve y por último me fijé en quien era…era Adam, mi hermanastro.

-Hola, ¿Estás bien?

-Serás imbécil, por tu culpa me caí al agua, eres el peor hermano del mundo.- vale ya se que me pasé pero no me podía creer que acabara de pensar que su cara era preciosa.

-Bueno, no te pongas así, que te he salvado la vida. Si no fuera por mí te hubieras ahogado.

-No me vengas con esas, además se puede saber ¿por qué coño estás aquí?, ¿Me persigues o que?

-Solo vine a dar una vuelta por el pueblo y este sitio es un buen lugar para venir a pensar.

-A no, eso si que no primero me quitas a mi padre, luego mi habitación, a mi amigo y ahora mi sitio favorito.

-Yo no te quité a nadie, a mi tampoco me gusta que seas mi hermanastro, pero me aguanto.Además este sitio no pone tu nombre así que vendré si me da la gana.-dijo malhumorado, nunca le había visto ponerse así.

-Vale, igual me he pasado, pero no me gusta los cambios y desde que tú llegaste no han parado de cambiar las cosas.

Se echó a mi lado con los brazos detrás de la cabeza, yo hice lo mismo, ya más tranquilo. El cielo ya estaba completamente oscuro, hoy no había nubes y se veían perfectamente las estrellas.

-Me gustan las estrellas-dije con la mirada puesta en la osa mayor.-Siempre me han gustado. Escribir y las estrellas son las dos cosas que más me gustan.

-A mi también, yo si no hubiera tenido éxito como cantante y no me gustara tanto la música, hubiera estudiado para astrónomo.-No me lo podía creer, tenía algo en común con mi hermanastro.

En ese momento los dos nos miramos a lo ojos con complicidad, sus ojos brillaban a la luz de la luna. Nuestras cabezas se acercaron lentamente hasta que los labios quedaron a escasos milímetros del otro. Nos rozamos unos segundos sintiéndonos unidos por una vez. Poco a poco empezamos a abrir la boca, mis labios encajaron a la perfección en los suyos. Comenzamos a movernos y nuestras lenguas empezaron a penetrar en la boca del contrario. Sentí su lengua húmeda y su piercing hacerme cosquillas. Era una sensación única que nunca había vivido con nadie. Estuvimos unidos, besándonos, durante un rato, solo separándonos para tomar aire y por fin nuestros labios se despegaron, despacio, dejándonos aún un poco de saliva en ellos. Nos miramos con una expresión imposible de describir, entonces me llamaron al móvil.

-¿Tommy donde estas?, ya son las 10:30 y mañana tienes que madrugar.

-Estoy en el embarcadero vam…voy ahora para allí. Adiós

-Vale, no tardes.

Metí el móvil rápidamente en la mochila y fui a paso ligero hacia la bicicleta. Adam se levantó del suelo y echó a correr hacia donde estaba yo.

-¿Qué pasa, por qué te marchas así?

-Eh, nada, era papá que tenemos que ir a casa, que mañana tengo que madrugar.

-¿Madrugar, por qué?

-Es que me aceptaron en el Campamento de Jóvenes Escritores, marchó mañana a las nueve, voy dos semanas.

miércoles, 27 de abril de 2011

UN DÍA CUALQUIERA CAP. 3

Fui a mi habitación a contárselo a Joshua, pero cuando llegué ya no estaba. Bajé al salón, pero tampoco estaba allí. De repente escuché unas risitas en la cocina, fui corriendo entusiasmado y me encontré a Joshua y a Adam coqueteando. En cuanto los vi, cogí a Joshua por el brazo y lo arrastré hasta el salón.

-¿Qué pasa, por qué me arrastras así?

-Porque estabas ligando con el imbécil de mi hermanastro.¿Qué pasa, te gusta?

-Solo estábamos hablando y riéndonos. Y ¿Qué pasa si me gusta?

-No te puede gustar, es idiota.

-No es idiota. Y ¿por qué le cogiste tanta manía?, es majo. ¿No será que al que le gusta es a ti?

-No seas gilipollas, como me va a gustar.

Los dos nos sentamos en el sofá, respirando fuertemente y con la cara roja como un tomate. Estuvimos unos minutos sin decir nada, esperando a que se nos pasara el enfado.

-Sabes, me aceptaron la solicitud del Campamento para Jóvenes Escritores, me recogen mañana.

-¡Ah, que bien! y ¿Cuándo tiempo vas?

-Voy dos semanas

Acto seguido sonó un móvil, era el de Joshua. Él cogió el teléfono y se fue al porche. En él había un balancín azul y una mesa de madera con dos bancos a los lados. Mi padre siempre que estaba en casa se sentaba en esa mesa para leer el periódico o para jugar al Chinchón con los amigos de la taberna.

Al cabo de un rato, llegó Joshua.

-Era mi madre, que no sabe programar el video. Ya sabes como es.- Dijo con voz cansada.

-Ya, jajaja, bueno, no pasa nada, vete a casa.

-Mañana cuando llegues, llámame.-Dijo dándome un abrazó.

-Chao.

Joshua cogió su mochila y se fue a la cocina, era estrecha, pero larga, con forma rectangular. Tenía los electrodomésticos empotrados, y los muebles en tonos azules. Al final estaba la puerta de atrás. Esa puerta nunca se utilizaba, porque estaba atrancada.

-Adiós, Adam, encantado de conocerte, nos vemos.- dijo estrechándole la mano.

-Igualmente, hasta pronto.

Subí a la habitación para llamar a mi padre para contarle la noticia. No le gustó mucho la idea de estar sin mí quince días, pero lo disimuló bastante bien para que yo no me diera cuenta. No me lo podía creer, yo en ese campamento. Desde los siete años había querido ir, y ahora por fin lo conseguiría.

Empecé a preparar la maleta, no se me podía olvidar nada, así que hice una lista con lo que tenía que meter en ella. Cepillo de dientes, cámara, peine… ¡Mierda! No sabía donde había metido mi chapa de la suerte, sin ella no iba a ningún sitio. Me la había regalado mi madre cuando era pequeño, tenía su nombre y el mío grabado dentro de un corazón. Por más que la buscaba no la encontraba, entonces me acordé, me la había dejado en el baño al ducharme esta mañana.

El baño no era muy grande, estaba al final del pasillo, tenía una bañera con una cortina rosa en el fondo. El lavabo estaba a la izquierda con un espejo empotrado a la pared con ribetes morados. Los azulejos eran blancos con pintas moradas, igual que el espejo. También había un armario a la derecha, que era donde me había dejado la chapa.

Abrí la puerta marrón del baño y lo vi… vi a Adam con una toalla en la mano, completamente desnudo. Las gotitas de agua todavía le resbalaban por todo el cuerpo, tenía el pelo mojado y la cara roja por el agua caliente. Él me miró con los ojos como platos, pero no se movió, seguramente se quedó paralizado, igual que yo. No sabía que hacer y empecé a sentir como mis mejillas empezaban a ruborizarse. Aunque mi cerebro me decía que cerrara la puerta y dejara de observarlo, mi cuerpo no respondía. Me quedé allí, sin poder apartar los ojos de su magnífico cuerpo. Estuve solo unos segundos, pero a mi me parecieron eternos. Cuando por fin recuperé el sentido salí corriendo a mi habitación medio llorando de la vergüenza.

Creo que no había pasado tanta vergüenza en mi vida…

sábado, 8 de enero de 2011

UN DÍA CUALQUIERA CAP. 2

Estaba sentado en el sofá viendo un programa de la cuatro, cuando picaron a la puerta. Ya que nadie abría me dirigí a la puerta para hacerlo yo mismo. Era algo pronto como para que fuese Joshua, pero aún así abrí.

De repente me quede ciego debido a los flashes de las cámaras. Cerré como pude la puerta, ya que casi me tiran por la avalancha que se me vino encima. Me invadió un ataque de pánico y fui directo a hablar con Adam que estaba en su cuarto. La habitación era grande, pero estaba muy desordenada. La cama estaba en una esquina, el imbécil de mi hermanastro todavía no la había hecho. Al lado de la ventana estaba el escritorio, que debía de tener todos los cajones vacíos, porque estaba todo encima de la mesa. Al fondo tenía la maleta, seguramente todavía sin deshacer.

-¿Se puede saber por qué hay cientos de fotógrafos delante de mi casa?

-Ehhh tranquilízate, tampoco es para tanto.

-Que!!! No me vengas con eso, más te vale que desaparezcan antes de que venga Joshua o si no…

-Vale, vale-dijo interrumpiéndome

Salió del cuarto empujándome, bajó las escaleras de dos en dos y abrió la puerta, cerrándola detrás de él.
Al cabo de un rato volvió a entrar, con su estúpida y a la vez espléndida sonrisa en la cara.

-Ya está, ¿contento?

-Si, y que no vuelva a ocurrir

-Pues más te vale que te acostumbres, porque esto pasa cada vez que hago algún cambio en mi vida.

-¡Genial!- dije otra vez con sarcasmo. Este chico hace que me vuelva una sarcástico.

Volvieron a picar a la puerta -espero que esta vez no sean los periodistas- pensé en voz alta. Antes de que me diera tiempo acabar la frase, Adam ya estaba abriendola . Esta vez era Joshua, que se quedó mudo al ver a su ídolo.

-¡¿Hola?! ¿Hay alguien dentro de esa cabeza?

-Eh si, si. Hola soy Joshua, encantado. Me… Me encantan tus canciones.-dijo titubeando.

-Gracias, encantado de conocerte.

-Joshua - dije cortándolo-¿por qué no nos vamos a mi cuarto?

-Vale, adiós – dijo mirando a mi hermanastro con una sonrisa estúpida en la cara.

-Adiós- Contestó él.

Los dos subimos las escaleras hasta llegar al cuarto de invitados, mi nueva habitación. Era grande, pero no tanto como la de Adam. Tenía las cortinas blancas y la pared estaba pintada de color pastel. En el centro de la habitación estaba la cama de matrimonio y una alfombra que habíamos comprado en Túnez. En frente de la cama estaba el escritorio con mi ordenador portátil. Me paso mucho tiempo delante del ordenador escribiendo. Me encanta escribir.

-¿Se puede saber que te pasa? – dije medio enfadado.

-¿Qué, qué me pasa?, pues que tu hermanastro es Adam Lambert.

-Ya ¿y? ya te lo había dicho.

-Ya pero no te creí, pensé que lo decías de coña, además está muy bueno y no tiene pinta de engreído.

-¿Pero tú de que lado estas?

-Del tuyo-dijo Joshua dándome largas

No le creí, pero no tenía ganas de discutir. Así que nos pusimos a chatear en el ordenador. Al cabo de un rato llamaron por teléfono, fui a cogerlo.

-¿Tommy Ratliff?- dijo una voz de mujer.

-Si, soy yo ¿Quién pregunta por mi?.

-Llamo del Campamento Para Jóvenes Escritores, hemos recibido tu solicitud para asistir y ha sido aceptada.

-A muy bien y ¿Cuándo empieza?

-Mañana a las nueve, si quiere podemos pasar a recogerle. ¿Está de acuerdo?

-Si, claro

-Entonces ya está, Buenas Tardes.